La salud emocional tiene que ver con cuidarse uno mismo, cuidar de los demás y cuidar del mundo. No podemos olvidar que somos sistemas abiertos de energía, conectados, interdependientes. Cuando tenemos salud emocional nos sentimos bien con nosotr@s mism@s y establecemos relaciones positivas con nuestro entorno.

Es en la familia donde aprendemos estilos de salud emocional, es en ese entorno donde aprendemos a comunicarnos y a relacionarnos con los demás. Pero ¿Cómo podemos enseñar a los niños y niñas a cuidar su salud emocional?

Dos ideas: Lo primero de todo va a ser aprender a identificar las emociones propias y también tenemos que aprender a ponerles nombre. Darles confianza para expresar sus emociones les ayudará a familiarizarse con su mundo emocional,  enséñales a identificar cada emoción, a ponerle nombre a lo que están sintiendo, el lenguaje del corazón también se puede aprender. Por ejemplo cuando nuestro hijo se muestre enfadado es importante hablar con él, preguntarle qué le pasa, como se siente y que él mismo llegue a identificar su propia emoción.

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