Seguro que a ti también te ha pasado alguna vez, has Intentado una y otra vez adelgazar, dejar de fumar, cambiar de trabajo. Sin embargo, no siempre lo conseguimos.

¿Por qué nos resistimos a los cambios?

 Tenemos una tendencia a mantener ciertos hábitos por el miedo y la inseguridad que nos genera el hecho de cambiar y por comodidad en muchas ocasiones, también.

 No se nos enseña una cultura del cambio durante la vida. Generalmente, nuestra mente se equilibra entre rutinas de estabilidad y procesos de cambio y, cuando algo altera nuestras rutinas o costumbres y tenemos que comenzar a enfrentarnos a nuevas situaciones, nuestra mente activa procesos aprendidos que desatan el miedo a la incertidumbre, a lo desconocido.

Otra de las razones que impide este cambio, es el miedo a la pérdida de lo que tenemos o de lo que somos. Nos anclamos en un puerto, como un barco que no quiere salir al mar sin comprender que la única razón de vida no es solo salir a navegar sino, como dijo alguien, es también tener la capacidad de dejar perder de vista la costa, para adentrase mar adentro.

“Un barco siempre está a salvo en puerto, pero no se construyó para estar ahí.” Albert Einstein.

Miedo ante lo desconocido y miedo a la pérdida son los grandes paralizadores del cambio. El miedo es el principal factor que nos afecta a la hora de querer cambiar, le tenemos miedo a lo desconocido, al fracaso, al dolor, a las perdidas. Nuestra mente, ante lo desconocido, trata de protegernos. Lo malo de ese miedo al cambio es que sus consecuencias pueden ser muy negativas y bloquear nuestros intentos de cambio.

Para cambiar

Sal de la zona de confort y mejora la autoconfianza

Resistirse al cambio tiene mucho que ver con no querer salir de la zona de confort, con querer quedarnos en ese lugar que nos resulta cómodo, en el que no tenemos que afrontar nuestros miedos.

La confianza en un@ mism@ es la disposición a pasar alguna inseguridad y saber que puedo con ello. La confianza no es una virtud pasiva que surge de la nada, se construye y se ejercita diariamente. Cada situación, por pequeña que sea, es el momento perfecto para hacerlo.

Cambiar no es fácil, pero si alimentamos nuestra confianza será más sencillo seguir adelante cuando las cosas se compliquen.

Ganas fuerza, coraje y confianza en cada experiencia en la que realmente te paras a mirar al miedo en la cara.

Eleanor Roosevelt

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