Dejar de quejarse.
En nuestro día a día resulta muy común que, cuando algo nos disgusta o no sale como habíamos previsto, nos quejemos. El tráfico, demasiado sol, demasiada lluvia, los precios que suben, siempre nos falta tiempo. ¿Cuántas veces al día te quejas? Te has parado a pensarlo.
Tod@s pasamos por momentos en los que vemos el mundo de color gris o negro. Días llenos de miedo, de frustración y de sentimientos de impotencia. Nos podemos instalar en la queja, lo cual además de no aportarnos una solución, se puede llegar a convertir en un hábito dañino que afectará tus relaciones personales, tu autoestima, y tu bienestar o tomar conciencia de nuestras quejas y cambiar nuestra actitud.
Quejarse representa un desgaste, un derroche inútil de energía que fácilmente puede llevarnos al agotamiento. Además, la queja suele ser también una forma sutil de eludir nuestra responsabilidad. Cuando nos quejamos solemos culpar a otras personas de aquello que nos sucede, por lo que automáticamente nos convertimos en víctimas y perdemos el control de nuestra propia vida.
Dejar de quejarse es una vía directa para reconectar con nuestra responsabilidad y nuestro poder personal.
La próxima vez que te des cuenta que estás quejándote dirige tu atención a otra cosa, evita que se desencadene el estrés, el miedo o la ansiedad que afecta tu bienestar. Piensa en esto: las cosas solo tienen poder en ti porque tú les estás regalando el poder de tu atención.
Tu atención es limitada, no la desperdicies en algo que te genera malestar o incomodidad.
La queja, por otro lado, nos vuelve negativ@s, pues si nos recreamos en todo aquello que va mal dejamos de sentirnos agradecid@s por lo que va bien, e incluso puede que dejemos de ver y apreciar lo bueno que hay en nuestras vidas.
Practica la gratitud. Si hay algo opuesto a la queja es la gratitud. Dar gracias por aquellas cosas de las que disfrutamos a cada momento es el mejor antídoto para centrarse en lo más importante y dejar de quejarse.
«Si tienes tiempo para quejarte de algo, tienes tiempo para hacer algo al respecto».
Anthony J. D’Angelo.
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