EMOCIONES: LA TRISTEZA

“No llores”“No estés triste”, Se huye de la tristeza y de las lágrimas, los medios de comunicación nos bombardean con imágenes y mensajes de ser atractivos, exitosos, divertidos, alegres  “todo irá bien”.

¿Pero es la tristeza realmente tan mala?

La tristeza es una emoción, ni buena ni mala, como toda emoción cumple una función necesaria. Nos desactiva del flujo de la actividad de la vida que nos apaga y nos obliga a mirar hacia nuestra propia introspección en busca de razones y explicaciones de lo que nos haya sucedido y que nos ha llevado de la mano hacia la tristeza.

No olvidemos que  hemos de aceptar todas las emociones que componen nuestro espectro humano y convertirlas en fortalezas para afrontar el fluir del día a día, aprendiendo así a sobrellevar los desafíos que se nos presentan.

¿Qué es la tristeza?

La tristeza es una reacción ante una pérdida o situación adversa por la que nos vemos superados. Emoción básica que nos desactiva del flujo de la actividad de la vida. Nos permite una pausa para fijar nuestra atención en lo que hemos perdido. Señala la necesidad de hacer un duelo y darnos tiempo para hacer los reajustes psicológicos necesarios antes de continuar nuestro camino Facilita la introspección ralentiza las cosas, y nos da la oportunidad de afrontar el mundo y sus perdidas.

¿Qué nos causa tristeza?

Los desencadenantes más comunes de la tristeza suelen ser: La pérdida de una persona, objeto o situación vital y la vivencia de una situación adversa.

Las pérdidas pueden ser vividas con angustia y ser causa de sufrimiento y tristeza. Hay pérdidas que forman parte del propio hecho de vivir, como el envejecimiento y otras que van unidas a la enfermedad o la muerte. Hay otras pérdidas imprevistas por accidentes o catástrofes.

Para afrontar las pérdidas

•  Reconoce la emoción que estás sintiendo y ponle nombre, me siento triste, me siento vaci@, perdid@..

• Darnos el tiempo necesario para elaborar el proceso de pérdida.  Es importante respetar nuestro propio ritmo en el ser y en el hacer.

• Permitirnos espacios de silencio y de soledad.

• Recordar que, a pesar del sufrimiento actual, la vida ofrece muchos  motivos  de  alegría y  que esta emoción también pasará.

 No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera.

Proverbio chino

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