“Si tú manejas mejor tus sentimientos; tus hijos también lo harán”

Si pensamos en el día a día de nuestra familia, seguramente nos vendrán a la cabeza situaciones muy diversas.Encuentros entrañables, momentos de tranquilidad  compartidos y al mismo tiempo momentos de dificultad, discusiones y conflictos que se convierte en un reto para toda la familia. Emociones disparadas y descontroladas.

Sabemos que es importante manejar las emociones pero en numerosas ocasiones los padres no sabemos gestionar nuestras propias emociones lo que hace que, difícilmente sepamos gestionar las de nuestros hijos.

Si queremos que nuestros hijos manejen sus emociones empecemos a reflexionar que hacemos nosotros.

Nuestros hijos son grandes imitadores. Si yo me enfado y grito y me comporto de forma agresiva les enseñó que esa es la forma válida de comportarse y si ante alguna emoción incómoda para mi como el miedo o la vergüenza la niego y actuó reprimiendo lo que siento les enseño a negar lo que sienten. Ninguna de las dos acciones tiene que ver con la inteligencia emocional.

Según Goleman, el término inteligencia emocional se refiere a la capacidad para conocer y entender qué sentimos y qué sienten los otros, para poder así gestionar nuestras emociones.

Empecemos por ver una de las habilidades que necesitamos para aprender a navegar en nuestro mundo emocional.  AUTOCONCIENCIA; la capacidad para identificar  y expresar y las emociones.

Reconocer las propias emociones y sus efectos. Emociones de todo tipo  nos acompañan en cada paso que damos, en cada una de esas situaciones vividas,  las llevamos tan interiorizadas que en ocasiones resulta complicado darse cuenta de ellas. Tomar conciencia de los modos de reaccionar ante las situaciones diversas de la vida familiar, los sentimientos que invaden el día a día, los momentos felices y aquellos de conflicto y preocupación.

Cuanta más conciencia generemos de lo que sentimos mayor capacidad tendremos para ser dueños de los impulsos, especialmente en situaciones de gran tensión emocional como las que vivimos en la educación de nuestros hijos. Cuanta más conciencia desarrollemos mayor conciencia a su vez generaran nuestros hijos.

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