¿Preocupaciones?

Podemos contemplar lo que nos ocurre desde las preocupaciones o desde nuestra capacidad de influencia o desde lo que yo puedo hacer. Preocuparse mucho por demasiadas cosas nos hace estar alerta todo el tiempo, y eso puede derivar en ansiedad y otros problemas como el trastorno de ansiedad generalizada. No preocuparse por nada, en cambio, acaba en depresión y apatía.

Veamos hoy lo que se conoce como círculo de influencia y círculo de preocupación.

El círculo de preocupación

Se trata de todos aquellos aspectos que te preocupan pero sobre los cuales no hay nada que puedas hacer.

El círculo de influencia

Es el círculo que abarca todos aquellos aspectos sobre los cuales tú tienes una influencia, ya sea directa o indirecta. Es decir, los aspectos sobre los cuales tú puedes hacer algo al respecto, tus pensamientos, tus comportamientos, tus emociones, tus acciones.

Las actitudes reactivas son aquellas que se centran fundamentalmente en las preocupaciones  (círculo de preocupación). Una actitud reactiva espera que la solución venga desde fuera y anula la sensación de serenidad.

Preocuparnos excesivamente por cosas que no tienen solución te aleja de la serenidad.

Las actitudes proactivas, sin embargo, ponen su atención en aquello que está en tus manos (círculo de influencia). Dichas actitudes contemplan las dificultades como desafíos y acaban desarrollando una visión más optimista de la vida.

Por ello, ante una preocupación piensa:

¿Qué puedes hacer? ¿Cuál es tu margen de maniobra? ¿Sobre qué tengo algún tipo de influencia? ¿Qué depende de mi?

“Si tiene remedio, ¿por qué te preocupas? Si no tiene remedio, ¿por qué te preocupas?”
RAMIRO A. CALLE

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies