Un poco de Filosofía
Los estoicos
Este verano que ya nos deja, ha sido un tiempo de retomar lecturas de filosofía que desde hacía años había olvidado. Un reencuentro en especial con los estoicos y su forma de entender la vida.
Han pasado los años y ahora mucho mejor que antes comparto sus ideas, sus enfoques ante la vida.
Los comparto contigo en el convencimiento que hoy más que nunca necesitamos un poco de estoicismo en nuestras vidas.
Lo que los filósofos estoicos definían como el “arte de vivir”, consistía en usar la razón y la vida virtuosa y acorde con la naturaleza para lograr un bienestar duradero, en definitiva para ser más felices.
El estoicismo sostiene que la ausencia de control de los instintos evolutivos humanos conduce, a la larga, a la infelicidad; Sócrates, Platón, Seneca y Aristóteles, expusieron que la gratificación instantánea tenía una característica perversa y autodestructiva: cuando se sacia un deseo, otro ocupa su lugar, como un bucle infinito. Gestionar nuestra frustración que diríamos en nuestros días.
Decían a sus discípulos, tener la fuerza de voluntad, sentido común y templanza necesarios para evitar los cantos de sirena de la constante gratificación instantánea y aprender a saborear lo que uno ya tiene, usando mecanismos sencillos y consistentes.
¿Te suena? Aquí y ahora, vive el momento presente, desapego.
DOS IDEAS ESTOICAS PARA NUESTRO DÍA A DÍA
Preocúpate por tus pensamientos y vida interior, y evita la dependencia de lo externo
Cuanta más independencia de pensamiento con respecto a supuestas recompensas externas, mayor “tranquilidad, libertad y calma”, decía Epicteto, uno de los primeros estoicos.
Escoge bien a tus compañeros de viaje
Los estoicos recomiendan que escojamos a nuestros compañeros de travesía vital. Las personas que ponen en riesgo nuestra tranquilidad y nos limitan en nuestro desarrollo no nos convienen. Así que elige bien a tus compañeros de viaje.
“La verdadera felicidad es disfrutar el presente sin depender ansiosamente del futuro, no para divertirnos, ya sea con esperanzas o temores, si no para descansar satisfechos con lo que tenemos, lo cual es suficiente”
Séneca
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