El confinamiento que vivimos estos días, las calles vacías cuando salgo con mi perra, las colas, los guantes, las sonrisas que no veo tras las mascarillas y por otro lado la primavera sacudiéndolo todo, hojas nuevas, margaritas amarillas y blancas por todos lados. Crecen incluso sobre las aceras,  a última hora de la tarde las hojas de las margaritas se inclinan hacia atrás, como si se estirasen para absorber hasta el último rayo de sol. Ni cuenta me había dado hasta hoy.

Estos días a pesar de todo, a pesar de la incertidumbre, la ansiedad, el cansancio la vida ahí va, imparable y yo, parece que quiero ir contracorriente y decirle a toda esa vida que se desborda mientras yo miro detrás de los cristales, ¿por qué ahora? ¿Por qué?

Te invito a parar. Cada día, en casa, cuando vas a comprar, para un momento, unos minutos y fíjate en lo que te rodea, el color del cielo, el árbol que crece en tu calle, la forma de una ventana que te llama la atención, una nube, quédate seren@, no hay preguntas ni preocupación más allá de este momento.

“Ando buscando un pedazo de suelo con hierba donde poner

los pies y tener mi sueño. Pero todo arde en cualquier parte

del mundo y hay que seguir andando” Gabriela Mistral

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies