Conflicto y familia
Familia y conflicto, dos palabras, dos realidades que muchas veces van de la mano. La familia está sometida a procesos de crecimiento, de cambios, de dificultades.
Pueden aparecer conflictos relacionados con el llamado ciclo vital, podemos ser una pareja sin hij@s, o en época de crianza, con hij@s en edad escolar, con hij@s adolescentes, en periodo de jubilación, etc y cada una de estas fases tendrá sus propios retos y dificultades.
Podemos vivir conflictos por sucesos inesperados, pérdida repentina del empleo, muerte imprevista de un miembro, un accidente y hay conflictos llamados estructurales, que son los más complicados de afrontar.
Pueden aparecer como crisis reiteradas. Lo más probable es que la tensión surja de emociones y vivencias no expresadas que se ha tratado de evitar. Las familias identifican la tensión como proveniente del exterior, de las circunstancias, conflictos en que los miembros de la familia no quieren, no saben o no pueden aceptar la responsabilidad del cambio.
En la vida familiar los conflictos y los cambios son inevitables. Cada familia se transforma con el paso del tiempo y debe adaptarse y reestructurarse para seguir desarrollándose.
«Lo que falta aprender en las familias
es que dentro no debe existir el poder.»
Francis Bacon
Un conflicto puede derrumbar a una familia, pero también puede emerger de la crisis fortalecida y con mayores recursos. Esto dependerá de la capacidad para enfrentarla y de reponerse de ella.
Los conflictos pueden llegar a ser una oportunidad para aprender y crecer en familia, recuerda, estamos todos relacionados, el cambio de cada uno influirá en los demás.
Algunas herramientas para resolver el conflicto son:
– Reconocer y aceptar las diferencias.
– Enfocarse en la solución del problema más que en buscar un culpable.
– Buscar ser parte de la solución.
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