¿El optimismo se contagia?
Y si el optimismo pudiera ser como un virus que se propaga a nuestro alrededor, pensemos que somos seres relacionales y que los demás también forman parte de nuestro bienestar y nuestras buenas sensaciones. Formamos parte de una red viva de relaciones que nos influye y a la que influimos.
Todos nos hemos sentido en algún momento más felices al ver la sonrisa abierta de un amigo, nos han contagiado felicidad los logros, la satisfacción de los demás. Estar con gente positiva, agradecida, entusiasta, nos contagia bienestar, y nos transmiten esa energía especial, que permite que el día sea más feliz.
Los estudios han mostrado que las estrategias que utilizan las personas optimistas ante los problemas promueven que se activen respuestas orientadas a resolver el problema. Los optimistas parecen moverse más fácilmente para resolver lo que les preocupa y no se instalan en las quejas.
“El optimismo, al igual que la esperanza, significa tener una fuerte expectativa de que, en general, las cosas irán bien a pesar de los contratiempos y de las frustraciones. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades.”- Daniel Goleman.
El optimismo parece, por lo tanto, una especie de mecanismo motivador que nos protege del posible hundimiento que provocaría el pensar que nuestra vida no va a mejorar. Las personas optimistas, no niegan los problemas, ni la realidad, sino que tienen la suficiente seguridad personal para saber que las cosas pueden cambiar, que su actitud puede transformar un momento triste, doloroso, o un fracaso, en una experiencia que nos hará más sabios, o fuertes para seguir avanzando.
Seamos personas más optimistas que aportemos a nuestro entorno un caudal de buenos sentimientos.
Para ser más optimista puedes probar algunas ideas que esta semana comparto contigo.
- Cultiva tu optimismo. Como si fuera tu jardín personal cultiva buenos pensamientos, buenos hábitos y trata de romper los viejos patrones de pensamientos negativos y crea otros enfocados a ser más feliz.
- Enfócate en el presente, aceptar que no todo saldrá a la perfección y ser agradecidos, son algunos de los aspectos y estrategias que nos pueden servir para ver el vaso medio lleno y ser más optimistas.
Mientras que el optimismo dice ciegamente “todo va a salir bien”, la esperanza confía en que, aún en situaciones aparentemente sin salida, la vida nos puede sorprender con algo que no imaginábamos.
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