Estudios y adolescencia
Son muchos los niñ@s que durante su primera infancia en el colegio no tienen problemas con los estudios y se les puede considerar como buen@s estudiantes, y es cuando llegan a la adolescencia que comienzan los problemas.
La adolescencia es una etapa de muchos cambios y esto se traduce también en cambios en el rendimiento académico y la motivación.
Los estudios son una de las mayores preocupaciones que muchos padres tenemos, el futuro laboral tan incierto hoy en día y al mismo tiempo cierta sensación, creo que errónea, que las notas y el rendimiento de nuestr@s hij@s van asociadas al sentimiento, de ser buenos padres.
Implicarnos e interesarnos por los estudios de nuest@s hij@s tiene una gran influencia en la conducta de los hijos frente a los estudios, ahora, implicarse no quiere decir terminar siendo su profesor particular.
Estudiar es un hábito, como otros hábitos se adquiere con la práctica. Nuestro papel es el de facilitar que ese hábito se instale en sus vidas.
¿Qué podemos hacer para mejorar ese hábito?
Primero escuchar
Aunque a veces resulta difícil escuchar, hay que mantener la calma, desarrollar la capacidad de escucha y no dejarse llevar por la ansiedad, el enfado o el miedo. Establecer un buen cauce de comunicación con los hijos es la base para tratar de resolver juntos los problemas.
Responsabilidad
Educa el valor de la responsabilidad, no hay recompensa sin esfuerzo.
Motivación
A veces los adolescentes carecen de motivación, porque no ven una conexión entre el trabajo que se les pide que hagan y sus intereses y metas. Hablar con ell@s de sus intereses, ayudarles a proyectarse al futuro, soñar junt@s puede ayudarles a recuperar la motivación.
Valorarl@s
Valora si se esfuerzan, si dedican tiempo a sus estudios. Las notas son el termómetro, pero no siempre son el reflejo del esfuerzo y la actitud que puedan tener sus hijos.
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