¿Igual que nuestros padres?

“Cuando venga tu padre, se lo digo.” “Estoy harta. Me desesperas.” Y de pronto te das cuenta que estás diciendo las mismas palabras que tu madre te repetía una y otra vez y que tu juraste no decir nunca.

Para hacerlo mejor terminamos por juzgarnos como mal@s madres/padres e ineficaces en la educación de nuestros hijos. No te juzgues duramente.

Cuando vamos ejerciendo el rol de padres, se manifiestan con fuerza rasgos, conductas y actitudes de nuestros propios padres. En algunos casos llegamos incluso a comportarnos del mismo modo que solíamos criticar en nuestros padres.

La herencia emocional entra en juego. Juzgarse no ayuda, ser comprensiv@s con nosotr@s mism@s es un primer paso.

Como padres, el mejor regalo que le podemos ofrecer a nuestro hijo es compartir con él nuestro bienestar emocional. Sentirnos bien en nuestro papel. Antes de empezar a ocuparnos de él, hemos tenido que ocuparnos de nosotros mismos. Formamos parte de un sistema, la familia, y  debemos tener en cuenta que los elementos de éste se interrelacionan y se condicionan entre sí.

Cultivar una buena autoestima como padres o madres, nos va a permitir asumir retos y tomar las decisiones necesarias para tener una vida familiar más sana y equilibrada.  Confiar más en nuestras capacidades y revisar que elementos podemos mejorar sin caer en los juicios ni en las autocríticas es un buen comienzo.

Para cuando un hombre se da cuenta de que quizá su padre tenía razón, ya tiene un hijo propio que piensa que su padre está equivocado”

Charles Wadsworth

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies