En la vida se nos presentan situaciones y problemas sobre los que no es posible actuar, es en esos momentos, cuando parece que todo pierde significado, cuando es necesario afrontar un cambio, un cambio interior, una forma diferente de enfocar las cosas.
Tomar la decisión de cambiar implica a menudo incertidumbre interior, una de las primeras emociones a las que nos tenemos que enfrentar, gestionar esa emoción constituye el primer paso que hemos de dar en el proceso de cambio.
Hay que seguir adelante aunque sea en mitad de la incertidumbre, para lograrlo, ayuda aceptar las situaciones.
La aceptación es el punto de partida de cualquier cambio.
La aceptación acaba convirtiéndose en el pilar más importante para una vida plena. Pero no basta con aceptar con resignación.
ACEPTAR NO SIGNIFICA RESIGNARSE
La aceptación va encaminada a tolerar una situación, saber que la vida es así, que no todo puede ser bueno.
Aceptar, es abandonar una lucha hacia algo que no tiene solución y buscar otros caminos que nos permitan vivir como nos gustaría.
La aceptación nos ayuda a valorar que los cambios también representan una oportunidad para aprender algo nuevo.
El hecho de aceptar la incertidumbre y las situaciones difíciles nos ayudará a asumir riesgos en el cambio, a tener iniciativa sin miedo a equivocarnos, a iniciar el camino hacia una vida más plena.
Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella,
el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada,
se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.
Antoine de Saint-Exupéry
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