El lenguaje es uno de los instrumentos más poderosos de los que poseemos. Podemos consolar, hundir, dar alas, hacer daño, demostrar amor y consideración. El lenguaje determina la calidad de nuestras relaciones.

La manera en que hablamos  y las palabras que usamos  tienen un gran poder.  Por eso es tan importante reflexionar sobre como usamos el lenguaje. Tomar conciencia de nuestras palabras más habituales.

Así que si te sorprendes diciéndole a tus hijos cosas como:

 

 “Si no fueras tan torpe no se te romperían las cosas” “Deja el móvil de una santa vez y ponte con los deberes”A ver si te fijas en tu hermana y aprendes un poquito” ¡Cuántas veces tengo que decirte esto! ¡Eres un egoísta!»

 

REFLEXIONA¡¡¡¡¡¡

 

La medida del poder del lenguaje es la medida de la capacidad de influir sobre uno mismo o sobre los demás de una manera constructiva o poco constructiva.

El lenguaje puede quitar poder cuando compara, cuando crítica, censura, condiciona.

Recuerda que las palabras tienen mucho poder y que cuando la comunicación se enfoca en forma constructiva, constituye un poderoso medio para lograr el desarrollo de relaciones positivas.

 

El lenguaje positivo mantiene viva nuestra energía, protege, consuela, anima, empodera.

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